Depresión es una palabra que todos han escuchado, o leído en algún lugar. Muchos hablan de depresión, incluso muchos creen tenerla. Pero son pocos los que realmente saben qué es la depresión.
Hoy en día se sobrediagnostica la depresión, o se diagnostica mal, al grado de tratarla en personas que sólo están tristes.
En psicología la depresión es vista como el resfriado de las enfermedades mentales, porque suele afectar a mucha gente a lo largo del curso de una vida. Si uno no la tuvo al menos en algún grado menor, seguro conoce a alguien que sí estuvo depresivo.
Si bien algún pequeño sentimiento depresivo es normal en alguna parte de nuestra vida, una depresión mayor es una condición seria que debe ser tratada. Es realmente un problema mental, cuando la vida del afectado es tomada y afectada en su totalidad por la depresión. Lo peor de todo es que incluso se lleva las ganas de ir en busca de un tratamiento.
Generalmente los depresivos terminan acudiendo en busca de ayuda por algún familiar, y lo más común es que acudan al médico de la familia, que son pocas las veces que reconocen los signos de la depresión. Si lo hacen, enseguida recomiendan ayuda psicológica o psiquiátrica, pero si no lo hacen la diagnostican mal, y el paciente puede ir de un lado a otro para descubrir qué le sucede.
Para que no suceda esto, un grupo de investigadores armaron una lista de los 5 síntomas de la depresión:
1- Humor depresivo (sentimiento de tristeza)
2- Falta de interés (incluso en actividades que antes disfrutaba)
3- Sentimientos de inutilidad, de falta de valor
4- Falta de concentración
5- Pensamientos de muerte.
Estos son los cinco síntomas que evidencian una depresión que debe ser tratada como una enfermedad mental por un especialista, no por el médico de la familia.
La incapacidad de realizar mi rutina y la frustración de sentirme enferma e inútil a causa de la endometriosis me produjo depresión, pero con la ayuda de mi ginecóloga pude superar eso, realmente es como mi ángel de la guarda y representó una persona fundamental en mi vida, es incrible el vínculo que ella misma permitió que se formara entre las 2. En mi última operación me tomó la mano hasta que me durmiera mientras me decía cosas lindas como “vas a estar bien dentro de poquito”