¿Cómo escojo al especialista que me ayudará durante el embarazo y el parto?
Tan pronto como decidas que quieres concebir, es buena idea empezar a buscar a un doctor o partera que te atienda durante el embarazo y parto de tu bebé. La elección de un obstetra-ginecólogo, un médico de cabecera, una enfermera-partera certificada (ECT, por sus siglas en inglés) o una partera que no sea una enfermera dependerá de una serie de factores como la experiencia que desees tener, el lugar donde quieres dar a luz, si tu embarazo es normal o de alto riesgo y la cobertura de tu seguro.
Éstas son las principales consideraciones:
¿Padeces alguna afección crónica grave?
Si sufres alguna afección médica como, por ejemplo, presión arterial alta, problemas del corazón o diabetes, tuviste complicaciones en un embarazo anterior, o estas en edad de riesgo (menor de 16 años o mayor de 35) este nuevo embarazo se considera de alto riesgo y tendrás que acudir a un obstetra o, posiblemente, a un perinatólogo (un especialista en embarazos de alto riesgo).
Igualmente, si tienes un embarazo gemelar o múltiple, tienes cesárea previa o si surgen determinados problemas durante la gestación, tendrás que acudir a un obstetra o a un perinatólogo. En determinadas situaciones podrás ver al mismo tiempo a una partera y a un doctor.
¿Tienes algún especialista con quien te sientes cómoda?
Si ya tienes una buena relación con un obstetra o con un médico de cabecera que proporciona asistencia prenatal y atiende partos, o si una enfermera-partera que te gusta te ha hecho las visitas ginecológicas rutinarias, quizás sea mejor que continúes con la misma persona.
Es importante que tengas confianza en que el especialista que te atienda durante el embarazo respetará tus decisiones y tus preferencias a la hora de dar a luz, y evaluará con cuidado tus preguntas antes de responderlas. Pero si albergas alguna duda sobre él o ella o sobre la posibilidad de dar a luz en el hospital en el que trabaja o si deseas explorar otras opciones éste es el momento de buscar a otra persona.
Para muchas latinas es importante encontrar un médico que entienda nuestra cultura y que hable nuestro idioma. No obstante, es posible que debido a las restricciones de tu seguro de salud, no puedas encontrar un médico que comparta tu cultura. Si esta posibilidad te pone nerviosa, quizás te ayude saber de antemano qué tipo de atención y trato suele proporcionar un doctor que no comparte nuestra cultura.
¿Es importante para ti un trato individualizado, menos rutinario?
Si estás buscando un profesional de la salud que siga tu embarazo de una manera más global, y que vea tu embarazo como un proceso normal interviniendo sólo cuando sea necesario y no de forma rutinaria, puede que prefieras una partera.
Los partos asistidos por parteras certificadas generalmente tienen menos intervenciones, como monitorización fetal continúa, epidural y episiotomía. Las mujeres que optan por partera suelen tener también un índice de cesáreas más bajo.
En general, las parteras tienden a tener más tiempo para responder a todas tus preguntas y te ayudarán a aprender acerca de los cambios físicos y emocionales que experimentarás durante tu embarazo. Una partera también puede ayudarte a determinar qué tipo de experiencia de parto quieres y te apoyará en tu decisión. Por ejemplo, una partera te guiará a través de un parto sin medicación si eso es lo que quieres, pero una epidural seguirá siendo una opción si estás dando a luz en un hospital.
Dicho esto, también hay médicos que proporcionan un cuidado personalizado y algunas parteras que no lo proporcionan. Por eso, averigua lo más que puedas acerca de las prácticas en tu comunidad. Puede que quieras hacer entrevistas a algunas parteras y doctores antes de tomar tu decisión final.
¿Dónde quieres dar a luz?
Si no tienes problemas de salud ni complicaciones en el embarazo y estás decidida a dar a luz en un centro de nacimiento o en tu casa en lugar de en un hospital, tendrás que seleccionar a una partera.
Los centros de nacimiento normalmente son operados por ECTs y suelen ofrecer un entorno muy cálido y de apoyo para dar a luz de forma natural, sin intervenciones rutinarias. Además, permiten que te acompañe quienquiera que tú desees: familia directa, amigos y hermanos. Sin embargo, tienes que considerar también los posibles riesgos que presenta esta opción, ya que una emergencia es algo que no se puede planear. Si hay algún problema que requiere atención médica urgente, la asistencia no será inmediata porque tendrán que trasladarte a un hospital.
Si prefieres dar a luz en tu casa, puedes optar entre una enfermera-partera certificada o una partera que no sea enfermera.
Por otra parte, si deseas mantener abierta la posibilidad de usar una anestesia epidural o te preocupa que algo pueda salir mal durante el parto y no quieres arriesgarte a tener que ser transferida a un hospital a última hora, es preferible que ingreses en el hospital desde el primer momento. Al dar a luz en un hospital puedes elegir que te atienda un obstetra-ginecólogo, un médico de cabecera o una enfermera-partera titulada.
¿Es más seguro que me atienda un obstetra-ginecólogo que una partera?
Diversos estudios indican que en Estados Unidos las mujeres sanas con embarazos normales tienen iguales probabilidades de tener un parto exitoso con un obstetra-ginecólogo que con una partera.
Las parteras están preparadas para identificar los problemas que pueden surgir durante el embarazo, el parto y el posparto. Si aparece una complicación que ellas no pueden resolver, deben contar con el apoyo de obstetras a quienes consultar o llamar. (Si eliges una partera que no sea enfermera, comprueba que está certificada y que tiene un buen sistema de apoyo para emergencias).
¿Qué opción elige la mayoría de las mujeres?
En Estados Unidos los obstetras son la opción más común, aunque las enfermeras-parteras certificadas cada vez son más populares. En 2006, éstas atendieron casi el 8 por ciento de los partos y más del 11 por ciento de los partos vaginales.
Algunas mujeres optan por una combinación de obstetras y parteras. Otras prefieren confiar en un médico de cabecera (no todos los médicos de cabecera tienen una práctica de obstetricia, así que tendrás que preguntar si lo hacen). Lo más importante es que encuentres un especialista con quien te sientas totalmente cómoda, que responda a tus necesidades individuales, respete tus decisiones y trabaje en un entorno tranquilo y seguro para ti.