¿Qué son los periodos abundantes?
La definición médica más exacta de los periodos abundantes es la pérdida de más de 80ml de sangre en cada periodo. No obstante, es poco realista o práctico medir de tal modo la pérdida de sangre y el médico deberá basarse en la descripción que ofrezca la mujer sobre su periodo.
Los periodos se consideran abundantes cuando:
Una mujer sangra durante más de ocho a diez días, o necesita más de ocho compresas al día, sobre todo si esto se repite mes tras mes.
Una mujer sangra tanto que le es difícil asistir a su trabajo. La mujer puede verse obligada a planificar sus vacaciones y tiempo libre de acuerdo con las fechas de sus periodos.
La hemorragia es continuamente tan intensa que la mujer se vuelve anémica.
¿Por qué algunas mujeres tienen flujos menstruales abundantes y largos?
Las causas de las hemorragias prolongadas y abundantes son las siguientes:
En las mujeres jóvenes los periodos abundantes casi siempre se deben a desequilibrios hormonales temporales (falta de ovulación) que finalmente se corrigen por sí mismos.
En los años próximos a la menopausia, (a partir de 45 años) los periodos abundantes generalmente son un signo de desequilibrio hormonal. Sin embargo, la posibilidad de periodos abundantes ocasionados por una enfermedad subyacente aumenta con la edad.
Las siguientes condiciones se asocian con periodos abundantes:
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Trastornos de la coagulación
Lesiones en el cuello de la matriz
Alteraciones endocrinológicas
Tumoraciones ováricos
Hiperplasia (crecimiento exagerado) endometrial
Cáncer de endometrio (revestimiento de la matriz)
Enfermedad inflamatoria de la pelvis
Pólipos endometriales
La causa más corriente es el estado llamado Sangrado Uterino Disfuncional (SUD). Se refiere a la hemorragia abundante sin explicación aparente.
¿Es necesario consultar con el médico?
Si una mujer experimenta periodos abundantes o irregulares que interfieren con su calidad de vida, debería consultar al médico de cabecera o más adecuadamente al ginecólogo para que diagnostique la causa del trastorno e indique el tratamiento más adecuado.
¿Qué medidas tomará el médico?
El diagnóstico de menorragia por desequilibrio hormonal se realiza tras descartarse otras causas benignas o malignas capaces de provocar el mismo trastorno. Para ello el médico procederá a:
Realización de una historia clínica a través de un interrogatorio que permita orientar el problema.
Práctica de una exploración pélvica ginecológica consistente en:
La inspección de la vagina y el cuello del útero, que informe de la procedencia del sangrado así como de la existencia o no de lesiones.
Exploración del útero y ovarios mediante la colocación de una mano en el abdomen y los dedos corazón e índice de la otra introducidos en la vagina.
Solicitar análisis de sangre que incluya el estudio de la coagulación.
Es conveniente la realización de una ecografía a ser posible abdominal, y por vía vaginal (por su mayor precisión en general) para el estudio del útero, su cavidad, las trompas, los ovarios y la pelvis en general.
Si tras estas pruebas no se llega a un diagnóstico a veces será necesaria la realización de una biopsia de la mucosa endometrial para descartar anomalías en sus células. Esta prueba se puede realizar en la propia consulta y sin anestesia (microlegrado) o bien en un quirófano con anestesia (legrado).
¿Cómo se tratan los periodos abundantes?
Independientemente de la causa de los mismos, habrá ocasiones en que la gravedad de la anemia provocada por este trastorno sea de tal magnitud que sea necesario el ingreso para la transfusión de sangre.
Si no hay signos de una anormalidad subyacente, el tratamiento no es absolutamente necesario pero la mayor parte de las mujeres prefieren tener algo que las ayude a afrontar cada mes más fácilmente.
Si los problemas son severos, la hemorragia se puede regular mediante un tratamiento con pastillas, que pueden ser hormonales o no hormonales.
Los tratamientos hormonales incluyen:
La píldora anticonceptiva
Los progestágenos (hormonas parecidas a la producida en el ovario en la segunda fase del ciclo) son efectivos haciendo los periodos de la mujer más regulares, pero no reducen el flujo menstrual.
Los tratamientos no hormonales incluyen:
Sustancias antifibrinolíticas (ácido tranexámico o aminocaproico), que reducen la pérdida de sangre.
Los fármacos antiinflamatorios no-esteroideos (AINE) reducen la pérdida menstrual.
Las alternativas quirúrgicas incluyen la destrucción del revestimiento de la matriz con un asa, con un láser o aplicando tratamiento de calor en el revestimiento de la matriz con agua caliente en un globo. La histerectomía (la eliminación del útero) se realiza frecuentemente para periodos abundantes. Estos dos procedimientos quirúrgicos sólo son adecuados para mujeres que no deseen tener más hijos.
Si el sangrado abundante está producido por una causa concreta que se diagnostica, el tratamiento se adaptará a dicha causa. Si la mujer está anémica, son adecuados los suplementos de hierro y ácido fólico.